Garron Lewis se encontraba practicando el sexo con su novia Sharron Dorsey. Hasta ahí todo normal. De repente el móvil de ella suena. En fin, a todos nos ha pasado. Sharron decide contestar a la llamada. Garron no se lo toma demasiado bien. Enfurecido pone un cinturón en torno al cuello de su novia y aprieta hasta asfixiarla causándole la muerte.
Estos hechos parecen más propios de una película de Tarantino pero lamentablemente han sucedido en la vida real, en Milwaukee.
Garron Lewis irrumpió en la casa de un amigo contándole entre sollozos que acababa de ocasionarle la muerte a su novia.
La causa fue una a todas luces desmedida reacción a la conducta de ella, que contestó una llamada de móvil mientras estaban practicando ambos el sexo. Los servicios médicos no pudieron hacer otra cosa que certificar la defunción de Sharron y corroborar que la muerte se debía a un estrangulamiento que le ocasionó la mortal asfixia. El suceso debería hacernos reflexionar sobre el papel que el móvil ha llegado a tener en nuestras vidas y las reacciones al uso que hacemos del mismo.