“Dos años es un tiempo mínimo que ya te permite conocer y valorar cómo es tu vida en pareja. Si renuevas, significará que hay un entendimiento con tu pareja, que tienes claras las reglas de la relación y que ambos cónyuges tienen certeza jurídica de sus derechos y obligaciones”, afirma Lizbeth Rosas, diputada PRD.
“Si antes de esos dos años los cónyuges deciden que no funciona el matrimonio, se pueden divorciar de manera tradicional, nadie puede obligarles a estar juntos”, aclara. El contrato incluye las “capitulaciones”, acuerdos previos entre la pareja antes de casarse. En ellos se podría determinar por ejemplo cuánto dinero aportaría cada cónyuge a la manutención de los hijos o el tiempo durante el que se pagaría una pensión a alguno de los miembros en caso de separación, reporta BBC Mundo.
El impacto emocional para el niño
Pero no todos están de acuerdo, algunos diputados consideran que la propuesta va en contra del concepto tradicional de que el matrimonio es para toda la vida.
Consuelo Mendoza, directora de Unión Nacional de Padres de Familia, dice que ese “tipo de iniciativas crean una cultura de lo desechable en temas tan importantes para la sociedad. Si los padres tienen diferencias, primero deben buscar otras soluciones”.
“Imagine el impacto emocional que tendría para un niño”, dice Mendoza. “La angustia de pensar cada dos años si mamá y papá van a renovar el contrato“.